Creativity and Madness

Creatividad y Locura

(Sunday Blooming Reading – 27 de abril)

Entre las muchas falsedades que se han contado durante siglos sobre la creatividad, una destaca: el supuesto vínculo entre creatividad y locura —la idea de que los creativos están, de algún modo, “locos”.

En esta confusión nada inocente, también aparece la figura del “genio”, envuelta en dichos como “todo genio está un poco loco” o “tienen una especie de locura brillante”.

Todas estas nociones son tradicionales, es decir, nacidas de la tradición misma—que, como toda forma de conservadurismo, busca únicamente preservarse a sí misma.
Y dado que su objetivo es la preservación, la tradición resiste el cambio en cualquier forma. Siempre ha sido un gran depresor de la innovación.

La creatividad, en cambio, debe representar el cambio. Y no solo eso: también debe ser útil.

Estos son los dos esenciales de la creatividad:

  • Novedad

  • Utilidad

Ahora, piensa un segundo: ¿qué podría ser más peligroso para quienes se aferran al statu quo que algo (o alguien) que ofrezca algo distinto, convincente y útil?

Por miedo, la tradición siempre intentó empañar la reputación de la creatividad —vincularla a la locura ha sido uno de sus trucos más antiguos.

Pero volvamos a lo básico:
Algo —o alguien— es creativo cuando trae al mundo algo a la vez nuevo y útil.

Ahora bien, ¿te parece plausible que alguien que sufre un profundo deterioro cognitivo pueda crear algo tan complejo, tan alineado con las demandas de la realidad?

La creatividad requiere una claridad intensa —una lectura aguda y sofisticada del contexto para reconocer qué es verdaderamente nuevo y qué puede servir realmente a los demás.

La creatividad, lejos de ser locura, es pura lucidez.
La locura es enfermedad; te encierra en un círculo vicioso.
La creatividad es salud; enciende un círculo virtuoso.

El vínculo entre creatividad y locura fue, en su raíz, malicioso.
Si bien hoy pocos se atreverían a tachar abiertamente a una persona creativa de “demente”, en el pasado (y aún, increíblemente, en ciertos círculos actuales) este vínculo podía dañar reputaciones y sembrar desconfianza.
En última instancia, se trataba de desalentar a las personas de practicar la creatividad.

Una cosa más:
La tradición también ató la creatividad a la idea de “genio”, y nuevamente, eso hizo daño.
Al presentar la creatividad como algo raro y excepcional —solo alcanzable por los “genios”— desanimaba a la gente común de verse a sí misma como un ser creativo.

Si la creatividad es dominio exclusivo de unos pocos, significa que muy pocos se atreverán a desafiar a la tradición.

Y entonces:
La creatividad es lucidez.
La locura es enfermedad.
Y todos somos creativos —porque es un rasgo de todo ser vivo, no el don exclusivo de un puñado de supuestos genios.

Lo siento, querida tradición: es hora de relajarse y soltar.

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